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viernes, 1 de febrero de 2013

La difícil tarea de elegir


Joyti, en la prueba de escritura / B. H. H.
Jyoti escribe en una pequeña pizarra algunas de las letras que su padre, barbero de profesión, le ha enseñado. Soma Chakraborty, una de las profesoras y coordinadora de Educación en el centro de Dashashwamedh, quiere saber cuál es su nivel educativo. Es la segunda entrevista que tiene con esta familia, después de que vinieran hasta nuestro centro de Dashaswamedh para pedir que matriculásemos a su hija en el programa de Semilla. Soma conoce a la perfección el procedimiento de selección de las familias con las que trabajamos en los proyectos educativos: es la persona que desde 2010 acompañaba a María, a los pocos meses de fundar la ONG en Varanasi, en la tarea de elegir a las familias que más ayuda necesitaban, tanto del barrio de Sigra como de la zona de Bengali Tola, donde está nuestro centro de Dashaswamedh.

Parece que todas las características de Jyoti, además de la escritura, encajan con el perfil de nuestros alumnos: Su casa es una habitación muy humilde donde la pequeña, de cinco años y medio, vive con sus padres y hermanos. La vivienda está en una zona cercana a los ghats en Benarés, en un terreno donde hay construidas algunas chabolas, que también dan cobijo a otros niños y niñas de nuestro programa, como el pequeño Rohit. Jyoti es la mayor de tres hermanos; le sigue Vikash de dos años y Manish, de año y medio.

Así que Jyoti será una de las niñas que en febrero se incorporará al programa de clases preparatorias de Semilla. Si tras unos meses de prueba, su asistencia y progreso son buenos, pasará más tarde a ser escolarizada, una vez reciba el apoyo de un padrino o una madrina.

Soma, en la 2ª entrevista con la madre de Joyti. / B.H.H.
“Al menos buscamos que el padre tenga un trabajo: puede que sea conductor de un rickshaw o que sea barquero y que se dedique a ello sólo unas horas, pero al menos sabemos que podemos confiar en él y que es una familia seria”, asegura la coordinadora de Educación. La elección de las familias es una gran responsabilidad pero gracias a que “el boca-oreja” funciona, los proyectos crecen y es, en parte, por la buena reputación de la organización entre la comunidad: “Muchas veces son ellos los que nos vienen a buscar porque alguno de sus vecinos ya nos conocen y quieren que también los ayudemos”, explica Soma.

Una vez que el equipo de Semilla evalúa a la familia, se les confirma si reúnen las características para formar parte del programa educativo y si es así, son los padres los que se acercan hasta el centro de Dashaswamedh para rellenar el formulario con todos los detalles de su situación: nivel de estudios, trabajo, número de miembros en la familia, dirección, fotografía de la familia y documentos de identificación. “Confían en nosotros. Si no lo hicieran no mandarían a sus hijos a nuestras clases, para ellos al principio somos unos desconocidos”, explica Soma tras recoger todos los datos de la familia de Jyoti. Y la sensación de que estás plantando una semilla es inmediata: “Enseñad a mi hija, por favor” se despide Manoj Sharma, su madre, con una amplia sonrisa. ¡Bienvenida a Semilla para el Cambio, Jyoti!

viernes, 18 de enero de 2013

Buenos propósitos para 2013


Las profesoras, Cristina y Laura en una de las reuniones

Se suele decir: ¡Año nuevo, vida nueva! Y es que enero es el mejor momento para renovar nuestros propósitos y añadir alguno más. El equipo de Semilla para el Cambio ha decidido que el objetivo de 2013 debe ser consolidar cada uno de los proyectos que hay en marcha. Hay mucho trabajo y hay que priorizar, así que hemos empezado con los proyectos educativos, que constituyen el eje principal de actuación de la Ong.

Algunas puntos básicos de la formación del profesorado
Cristina y Laura, dos de las voluntarias encargadas de la gestión y de la supervisión del área de Educación, junto con la ayuda de la profesora Ratika, han puesto en marcha un plan de formación para nuestras profesoras. El objetivo es que las clases sean más dinámicas, que no haya tantas repeticiones y memorización como en el sistema educativo indio; que las profesoras conozcan las necesidades de cada niño/a, y que ayuden a aquellos que tienen más dificultades, además, de cuidar la higiene y les trasmitan valores como la generosidad, la solidaridad y el compañerismo.    

¡Y lo mejor de todo es que los resultados ya se están notando! Las 8 profesoras que trabajan en Semilla: Ratika, Antara, Ritu, Deepmala, Champa, Suboshree, Rumpa y Soma han participado activamente en las primeras reuniones proponiendo nuevas ideas, nos han transmitido sus dudas y su experiencia como docentes y como parte del equipo de Semilla. Lo importante es que se las ve muy motivadas por mejorar la metodología, aunque eso les suponga un esfuerzo extra.

No es un adiós, es un hasta pronto


Carlos, en un momento divertido en Varanasi
Ayer despedimos a Carlos, uno de los voluntarios que ha ayudado a poner en marcha el proyecto de promoción de Salud, como ya os contamos en una entrada anterior. Le gustaba definirse como el chico vespa: “Ves pa’llá, ves pa’acá”…Y es que desde que llegó a Semilla no ha parado: reuniones con las promotoras de salud y la médico encargada; inspección de los slums; compras de uniforme para los niños y niñas en el proyecto educativo y cualquier otro recado imprevisto que surgiera. Desde aquí, te agradecemos tu esfuerzo y trabajo y te deseamos lo mejor. Varanasi va a echar de menos tu punto de locura, pero sin duda….¡Nosotras te vamos a echar de menos!


El festival de las cometas: ¡Feliz Makar Sankranti!

Ananda, Laura, Marta y Putul, con sus cometas
El pasado lunes celebramos Makar Sankranti, el conocido festival de las cometas en India. Para el Hinduismo es uno de los días más especiales y mágicos para tomar un baño sagrado. Además, en esta ocasión, ha coincidido con el comienzo de la Maha Kumbh Mela, la congregación religiosa más grande del mundo que se celebra cada 12 años en una de las ciudades sagradas de la India, en este caso coincide en Allahabad (Uttar Pradesh), por donde también pasa el Ganges.

En cada región hay distintas costumbres, pero una de las más bonitas y coloridas es la de volar cometas. Adultos y niños suben a sus terrazas para competir por ver quién es el que la mantiene más tiempo en el aire y quién la sube más.  Por eso Ananda, la hija de nuestra compañera Cristina, Laura, Marta y Putul, nuestra cocinera, y yo no pudimos resistirnos y subimos hasta la terraza de nuestro centro de Dasashwamedh para probar suerte. El resultado os lo podéis imaginar: hace falta mucha experiencia para conseguirlo, asi que seguiremos practicando para el año que viene…¡Hasta la próxima!