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miércoles, 17 de noviembre de 2010

Desde el Ganges



Infortunios
Disculpad el retraso... Por lo visto, después de la fiebre tifoidea me deparaba otra dolencia. Esta vez ha sido cosa del azar o de mi torpeza. La caída por unas empinadas escaleras me inmovilizó la espalda temporalmente, acabando en un esguince que ya empiezo a tomarme con buen humor. Si me paro a pensarlo, puedo incluso creer que tengo mala suerte. Prefiero no detenerme y seguir desafiando el porvenir.


Happy Diwali!
Todo quedó inundado en llamas. Cientos de velas ardían navegando por el Ganges mientras el cielo, ya oscuro, se iluminaba de colores. Los estallidos eran constantes y explotaban al unísono de cada risa de los más pequeños. El Diwali o “Festival de las Luces” despertó una alegría desbordante en las calles de Varanasi. Se repartieron dulces entre vecinos, familiares y comercios. En la entrada del nuevo año hindú todo eran sonrisas y veneraciones. Lakshmi, consorte del dios Vishnu, era la divinidad a quién se rindió más devoción. Presidía la festividad al ser ella quien otorga la prosperidad y la riqueza.

Las calles estaban repletas de gente, vistiendo ropa de estreno y acompañados de familiares y amigos. Cuenta la leyenda que el príncipe Rama, después de haber derrotado a Ravana, rey de los demonios, regresó a la ciudad de Ayodhya. Su victoria, que conllevó la liberación de dieciséis mil doncellas que permanecían prisioneras, movilizó al pueblo para su bienvenida. Los habitantes llenaron las murallas y los tejados con lámparas para guiar a Rama en su camino.
El olor a aceite de las lámparas y la luz tenue de las velas transportaban a ese momento, dejando que una se guie por el fuego, se adentre por las calles, por la historia.


Exámenes con buena nota

Los niños de los suburbios de Sigra ya llevan más de un mes en las aulas. Todo estudio requiere un seguimiento para obtener buenos frutos. Soma, la coordinadora del proyecto, realizó los tests mensuales que califican los conocimientos adquiridos por los pequeños. El resultado fue exitoso, con notas que demuestran el progreso de unos niños que pocos días antes desconocían lo que era un cuaderno. El abecedario en inglés y en hindi, los números y sus cálculos ya son conocidos a un nivel más que satisfactorio por nuestros nuevos estudiantes. Con solamente una hora y media de clase preparatoria al día, la evolución está siendo absolutamente propicia. Pronto, en abril, muchos de ellos abrirán sus libros y tararearán sus letras, se perderán en sus páginas, en sus misterios, en nuevos retos que les conducirán a nuevas proezas.

A pesar de todo, en la constancia reside el éxito. En el caso de los niños más mayores, el trayecto tiene más baches. No por falta de interés o de entusiasmo, los niños de 9 a 12 años se ven obligados a encogerse de hombros y dar la espalda a sus sueños. Lo comprobamos a diario paseando por los bellos ghats que acompañan al Ganges. Con sus escalinatas, siempre llenas de vida y de realidad en estado puro. Ellos, con grandes bandejas de mimbre en sus brazos, merodean la zona a la caza de turistas que quieran comprarles una flor para echarla al agua, dónde se pierden sus ilusiones, su futuro. Sus miradas, perceptiblemente tristes, pero siempre acompañadas de una sonrisa, esconden la frustración de un niño que es forzado a ser adulto.

La educación, en este caso de los padres, es la vía. Se les intenta concienciar sobre la importancia de escolarizar a sus hijos, para romper ese círculo de imposibilidades, para abrirles puertas, para darles opción. Llegar a la meta es difícil, pero seguiremos cultivando el camino, plantando semillas para el cambio.


Luces y penumbrasEstas últimas semanas hemos tenido mucho trabajo. Por suerte, la buena compañía facilita cualquier esfuerzo. Cristina, la hermana de María, y Nacho, socio y amigo, nos acompañaron en estas tierras. Desde el amanecer hasta el último soplo de vida en las calles, trabajaron con esa devoción que solo tienen los que saben lo que buscan, los que disfrutan de su labor. Cristina y Nacho son los creadores de la nueva productora audiovisual La Soga Films. Aprovechando la visita a la India para conocer mejor el proyecto que María fundó hace un año, dedicaron sus días a la grabación de una pieza documental que muestra la vida de una de las familias dentro del programa de Semilla para el Cambio.

Fue más que un honor acompañarles en esta tarea, compartir momentos y experiencias. El rodaje requirió una aproximación muy cercana y constante con la familia seleccionada. El acercamiento dio pie a conocer matices casi imperceptibles fuera de las paredes de esa casa a orillas del Ganges. Era ya de noche, habíamos quedado con ellos para una breve entrevista. Después de realizar varios ejercicios de equilibrio, pues su hogar se encuentra en un lugar de acceso complicado, nos descalzamos y entramos. Una vez dentro, quedamos encerrados en un desconsolado estremecimiento.

Desafortunadamente, no es nada nuevo ni fuera de lo común que una mujer sea maltratada por su marido aquí en la India como en otros muchos lugares del mundo. Escuchar de cerca el llanto y ver cómo le caen las lágrimas mientras miente, por miedo, es absolutamente aterrador.
La mamá de S. tiene 5 hijos. Los tres pequeños están escolarizados dentro del programa de Semilla. La hija mayor pronto debe casarse y pagar la dote; y el mayor de los varones, de 12 años, es obligado a trabajar para ayudar a costear los gastos familiares. El padre y la madre trabajan en la construcción por sueldos irrisorios que el marido acaba consumiendo copa tras copa.

El primer estímulo que le viene a alguien después de presenciar un capítulo de semejante calibre es la rabia. Pero el odio no sirve más que para cultivar este círculo de atrocidades.
La discriminación a la mujer en la India comienza desde el vientre y la cuna, desde el feticidio de féminas a la realización de las tareas más duras y la posterior venta o casamiento a cambio de dinero. La complicada situación económica de las familias más pobres se traduce en casos severos de drogadicción y alcoholismo entre los varones, que a su vez, desemboca en la violencia conyugal y el abuso sexual.

Tuve mis dudas al decidir si escribir estas líneas. La impotencia acabó decidiendo por mí. Presenciar situaciones tan desgarradoras hace que tu corazón se debata entre lo correcto y lo moral. Es difícil resolver casos como este en un país dónde nada es lo que parece. Para acabar con el mutismo, con el dolor silenciado, hace falta dar voz y asistencia tanto a las víctimas como a los agresores. Semilla para el Cambio invitará mensualmente a los padres de las familias para sensibilizarles sobre la importancia de sus actitudes, de su comportamiento frente a sus hijos, insistiendo en renunciar a hábitos que desemboquen en el uso de la violencia.


Desde el Ganges, con sus aguas sagradas, se pueden pedir deseos. Durante el Diwali, dicen que cuanto más lejos vayan las velas que los transportan, mayor será la felicidad en el año venidero. Una deja de creer en los milagros a pesar de estar en una ciudad tan increíblemente mística. No basta con encender una vela y dejar que se la lleve la corriente, río abajo. Hay que luchar. Por ellas y por sus hijos, por su resignación forzada, por su dignidad.

lunes, 1 de noviembre de 2010

Todo queda en familia






Días de fiebre
4:30 de la mañana. Hoy toca madrugar. En realidad, llevo toda la noche sin pegar ojo. Las secuelas de la fiebre tifoidea que ha decidido combatir la vacuna e instalarse en mi cuerpo colabora a este malestar, aunque también los días de rodaje en los suburbios de Sigra.
Las calles están enterradas en silencio, parecen otras. Todavía está oscuro y los perros callejeros, con sus miradas desafiantes, aguardan como vigilantes de su zona. Un ladrido agudo es suficiente para guardarles respeto.
En Godoulia, centro del caos urbano, también se respira la tranquilidad de la noche, pero empiezan a desfilar algunos rickshaws atentos a nuestros pasos.
Llegamos a Sigra justo antes del amanecer. Las luces de las chabolas iban encendiéndose casi al mismo ritmo que cada picadura de mosquito en mis tobillos. En cuanto nos vieron, la colonia se despertó de repente.
Estamos nuevamente de rodaje, esta vez grabando algo muy cercano. Para que podáis entrar en su casa, verles despertar, trabajar, cocinar, cuidar de sus pequeños, escucharles, sentir y compartir parte de su día a día, alejados del resto. Estamos deseando compartirlo.



De reunión en reunión



Siguen los rodajes y siguen también las reuniones. Como cada mes, nos encontramos con las madres de los niños escolarizados. Esta vez contamos con la ayuda de dos voluntarias de Alicante, Victoria y Marina, fisioterapeuta y enfermera de profesión. Resulta sorprendente incidir en hábitos higiénicos tan patentes en nuestro día a día; tener que recordar algo tan rutinario como lavarse el pelo o cepillarse los dientes. Marina y Victoria colaboraron con una charla dónde se insistía en la necesidad de adquirir prácticas de higiene esenciales para la buena salud tanto de las madres como de los niños. Desde conceptos tan básicos como lavarse las manos antes y después de comer a adoptar una postura correcta para largas horas de trabajo sirvieron como referente para su desconocimiento.
Escuchaban, atentas, corrigiendo su posición y comentando unas con otras con desconcierto pero con interés. Incluso Soma, la coordinadora, se sorprendió al descubrir trucos como lavar el pelo con vinagre para combatir los piojos.


Sigra también fue escenario de reuniones. La nueva escuela fue el centro donde congregamos a las familias de todas las colonias. Era un día esperado por ellos y por nosotros, una sesión donde se explicaría el quién y el porqué de lo que inquietaba a todos los habitantes de la zona. Después del aumento de alumnos, inesperado y veloz, era más que necesario dar más detalles sobre el programa. Estaban impacientes, acercándose a la escuela incluso unos días antes para averiguar cuanto antes todo lo que se les ofrecería. Nos impresionó notablemente entrar y verles sentados en orden, siguiéndonos con la mirada, expectantes. La sala era un baño de colores y de comentarios en voz baja. Los hombres sentados en lo alto de las banquetas, observantes; las mujeres con sus bebés, nerviosas. Además de Soma, nos acompañó la madre de dos de los niños que ya forman parte del programa educativo. Elegante, con un sari de tonos rosáceos y sandalias doradas, disfrutó como una invitada de honor. Su testimonio ayudó a poner un pie en el círculo de confianza de las colonias, que todavía tenían dudas ante una ayuda repentina y desinteresada. La conocían, y ella, espléndida y satisfecha, explicó los beneficios y las mejoras de sus hijos, ya escolarizados. En familia, respondió a sus preguntas, muchas de ellas formuladas en secreto, para asegurarse ante lo desconocido. Sus miradas de aprobación y la unión de sus manos a la altura del pecho fueron la firma definitiva de su consentimiento y su respeto. Namaste.


Estas dos últimas semanas han sido delirantes. Una ya no sabe establecer la frontera entre lo real y lo imaginario. Grabar en los suburbios origina un discurso interior que conduce a la pérdida de sueño y a la irremediable búsqueda de una solución inmediata imposible. Después de compartir su tiempo, la involucración es tan directa que puede resultar inquietante si la trasladas, inevitablemente, a tu conciencia.
Mirarles a través del objetivo ofrece una visión que no es capaz de percibir el ojo humano. La colonia se descubrió, todos querían ser protagonistas de algo que ni siquiera comprenden.
Se unieron como una gran familia, donde todo es asunto de todos. Todos quieren saber, todos preguntan, todos divisan esa esperanza que les libere de su situación. Nada puede permanecer a escondidas de los demás. Hubo cabida también para repentinas envidias por acaparar la atención ante la cámara. Los más pequeños ansiaban por verse retratados en el visor, mientras los padres curioseaban y ponían un poco de orden ante el descontrol. Tal vez así, se abra una puerta que deje entrever sus carencias, que de voz a sus necesidades.


Todos buscamos una salida, una mejora, cuando nos encontramos ante dificultades. Pude sentir en mi piel esta necesidad cuando mi cuerpo ardía a 39 grados de fiebre. Con un termómetro bajo el brazo la percepción de las cosas nunca es exactamente como lo que sucede en realidad, pero en este caso no se alejaba tanto de lo que ocurría en mi habitación. Me desperté entre sábanas empapadas de sudor frío, pensando en el peor de los males, hasta que llegó un hombre acompañado de un ayudante con un maletín. Era el médico. Llevaba 48 horas con fiebres altas, con lo que, a pesar de no entender nada de lo que decían, me alegré de su presencia. Hasta que llegó el tercero. Un hombre con una gran goma elástica que ató fuertemente a mi brazo para darme después el pinchazo que diagnosticaría qué bacteria navegaba por mis venas. Nunca antes me habían hecho un análisis de sangre en casa. Hablaban sin parar, sin darte opción casi ni a preguntar para no perder tiempo buscando el mejor remedio. Después de unos días refugiándome para mi recuperación, salí a la calle con una sonrisa, todavía débil. Me alegró volver a saludar a los vecinos, que me transmitían su preocupación. Esa gran familia que pregunta, que se implica, que te cuida. El afecto es recíproco, vamos a seguir cuidándonos.

sábado, 16 de octubre de 2010

Estrenando pupitre



Sin zapatos
Apurando hasta el último momento, Toffee, una niña de 10 años, busca entre la pila de ropa, amontonada en desorden, su vestido naranja, el que reserva para ocasiones especiales. Luce radiante en su piel oscura y con la luz de una sonrisa tan pura como sus ganas de explorar algo nuevo. La rodean bolsas de plástico, insectos y olor a aceite perfumado. Falta media hora. Tiempo suficiente para enjuagarse la cara con el agua de un cubo, desenredarse los cabellos frente a un pedazo de espejo roto y adornar sus muñecas con coloridos brazaletes de metal. Casi lista, pero le faltan los zapatos. Su madre, enfundándose en un sari de tonos amarillos a conjunto con el atuendo de su hija, se da cuenta y pone en marcha la búsqueda de un par de chanclas con el respaldo de toda la colonia.

Todos irradiaban emoción. Era un día importante. La escuela les esperaba para una reunión que determinaría su inclusión en el programa educativo. Los niños estaban nerviosos, las madres inquietas y nosotros les acompañamos en esa mezcla de perplejidad y entusiasmo.
Agujeros disimulados con imperdibles, collares con un punto incluso exagerado y algunos pies desnudos caminando sobre el barro. Pero, ante todo, ilusión y empeño.

Llegó la hora. Con la compañía de 15 niños y sus respectivas madres nos dirigimos a la escuela que seleccionamos para los nuevos estudiantes de Sigra.
La tensión iba desvaneciéndose a medida que el ritmo de las tutorías se agilizaba. A partir de ahora, las aulas serán sus compañeras diarias. Para empezar, una hora al día como preparación antes del curso escolar que inicia en abril.



A medida que pasan los días, me doy cuenta de la creciente pérdida de mi capacidad de asombro. Cada día parece ofrecer algo que uno no espera, con un factor sorpresa desmedido, insólito. Varanasi ofrece constantemente ese desconcierto, con hechos inesperados y sucesos que a veces rozan la excentricidad. En Sigra, la sorpresa se manifestó instalando una sensación de gratitud en nosotros. Podíamos intuir que nuevas familias querrían añadirse, pero nunca imaginamos que en cuestión de un día, faltarían pupitres en el aula por exceso de niños. Pasado un día de la incorporación de los nuevos alumnos a la nueva escuela, se multiplicó el número de interesados a más del doble, pasando de una clase de 15 niños a una de casi 50. Un aumento inesperado, pero bienvenido.

Caminar por Sigra se ha convertido en un acecho de miradas, de cuchicheos al oído, de curiosidad, de preguntas... paseando por las colonias, la gente se acerca, quieren que sus hijos también vayan a la escuela. Ni siquiera nos da tiempo a entrevistarles en orden, la impaciencia les arraiga.
Son días de mucho trabajo, llevados con mucho ímpetu antes de que acometa el descontrol. No hay que parar. Desde las primeras campanas que retumban desde los templos hasta los aullidos nocturnos de los perros callejeros. Ahora, más que nunca, hay que cultivar la semilla.


Mam, Sarnath!!


Las semanas en India comprenden 6 días laborales, de lunes a sábado. Los niños también siguen ese itinerario en su calendario escolar. Los domingos se les echa de menos.
La semana pasada la vivimos como una de las más intensas. Con ellos, los protagonistas de esta historia, de este proyecto, de este país. Después de planificar cautelosamente una excursión cercana, nos decidimos por Sarnath, cuna de la primera comunidad budista, a 10km de Varanasi.

Más puntuales que un reloj, a las 8 de la mañana del domingo estaban todos en el local, ansiosos por algo nuevo para ellos. Resulta todo un reto llevar a un grupo de 22 niños caminando en fila por las estrechas calles. Fue un trayecto tan bello como caótico, contrastado por las travesuras de los pequeños y los agobiantes sonidos de claxon. Avanzaban en cadena, agarrados por los hombros unos con otros y con las miradas en alto, contemplando todo cuánto acontecía.

Después de un inolvidable viaje en furgoneta, llegamos al destino. No recuerdo ese entusiasmo tan intenso, tal real, en las excursiones del colegio cuando era pequeña. No recuerdo ese ansia, esa inquietud por vivirlo al máximo, por absorber todo detalle, por agotar toda la energía posible. Disfrutaron como nunca, corriendo por una amplia explanada verde y jugando en un parque con atracciones que muchos de ellos desconocían. Les llevamos al museo arqueológico, dónde se impresionaron contemplando la gran estatua de Buda y las pinturas históricas que descansan en sus paredes. Se emocionaron en el zoo, descubriendo nuevos animales y demostrando inconscientemente sus progresos en inglés, haciéndose entender continuamente con el uso de este idioma.


Acabamos exhaustos. En el camino de vuelta todos se fueron durmiendo. Fue una satisfacción verles cerrar los ojos, con ese gesto inocente, con la cabeza inclinada y la camiseta manchada de polvo del tobogán.

Al día siguiente llegaron renovados. Tomando un café con María, nos sorprendió Samir, que iba de camino a las clases particulares. En las paredes del bar había una pintura de un buda. Con euforia y señalando la pintura, nos miró y exclamó: “Mam, Sarnath!!”. Esa referencia de cortesía (aquí utilizan la palabra Mam, el diminutivo de Madam, para dirigirse con respeto) y reconocimiento nos dejó estupefactas.
Sin duda, vamos a repetirlo.

Varanasi sigue descubriéndose. Las aguas del Ganges empiezan a descender, permitiendo pisar cada vez más las escaleras que desembocan en su orilla. El barro persiste, pero va diluyéndose, como miel espesa.



Aprovecho la ocasión para recordaros una fecha importante. Mañana, 17 de octubre, se celebra el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza. No resulta tan necesario recordar la existencia de la pobreza en el mundo, sino la necesidad de actuar para que no siga expandiéndose, para frenarla. Desde Semilla para el Cambio apostamos por un futuro digno para los niños más pobres de Varanasi. A fin de librarles de este círculo de miseria y, en la mayoría de los casos, de una situación de explotación infantil, les ofrecemos la mejor escolarización para optar a un futuro con más posibilidades.

Todos nosotros somos responsables. Tú también puedes cambiar una vida.

lunes, 27 de septiembre de 2010

“¿Cuándo me dais mi mochila?”


De llegadas e impresiones...

Han pasado dos semanas desde que llegaba al aeropuerto de Delhi y conocía a María, que había venido a recibirme. Dos semanas. Permitidme que me presente. Soy Vanessa, la voluntaria que durante cuatro meses va a tener el honor de compartir con vosotros todo lo que se lleva a cabo desde Semilla para el Cambio en Varanasi, esta ciudad de contrastes.

Llegué a Delhi con el cansancio de catorce horas de viaje y unas cuantas noches en vela. En cuanto pisé estas tierras, todo se aceleró. El tiempo parecía avanzar más deprisa, un minuto abarcaba tantas cosas que siempre había algo que se me escapaba.

Después de un largo viaje en tren, entré en Varanasi con la sensación de haber dado un paso atrás en el tiempo, en la historia. Templos milenarios bañados por las aguas crecientes del Ganges, calles estrechas imperadas por vacas sagradas, niños y hombres sumergiendo sus pecados en aguas conquistadas por las cenizas, olor a humo, olor a extinción, colores vivos, miradas grises, sonidos, mil sonidos... y cautivación. Ansia por atraparlo todo.


Nuevos alumnos para nuevos padrinos
Una vez tanteadas las calles, fui conociendo a su gente. En plena grabación para el programa de TVE Acción Directa, nos dirigimos a la zona suburbial del barrio de Sigra, dónde las familias nos acogieron en sus colonias con una sonrisa y ofreciendo todo lo poco que tienen. Por un momento me imaginé viviendo bajo esas lonas, amontonando el plástico que muchos de los niños se ven obligados a recoger por las calles para el sustento de sus familias. Me imaginé caminando descalza sobre el barro ocasionado por las frecuentes lluvias monzónicas, cuidando de mis hermanos, quemando bolsas de plástico para cocinar algo de arroz en un viejo hornillo de arcilla y viviendo bajo el desconocimiento y las miradas ausentes de mucha gente alrededor.
Y fue allí, entre escombros , cuando me di cuenta de todo el trabajo que requiere luchar por el futuro de esos niños. Semilla para el Cambio apuesta por el punto clave de su desarrollo: la educación.

Estas semanas nos desplazamos alrededor de Sigra, en busca de la mejor escuela para los niños de los suburbios, que van a incorporarse al programa educativo a partir de octubre. Los habitantes de las colonias son conocidos como los “intocables”, palabra que todavía me cuesta digerir como referencia a un ser humano. Nadie les quiere cerca, prefieren ignorarles. No deja de ser chocante encontrar ese grado de discriminación de castas, que obligue a buscar una escuela no muy cercana a sus hogares para evitar cualquier burla u ofensiva por parte de sus futuros compañeros de aula.

Fueron días de largos viajes en rickshaw, esquivando charcos, vacas y recorriendo caminos llenos de baches que derivaban en el agotamiento de cada músculo atento a una posible caída.

Localizado el suburbio, entrevistamos a cada familia. Nos refugiamos de la repentina lluvia bajo sus techos con goteras y nos contaron sus historias. Algunos demostraron más interés y motivación para educar a sus hijos, mientras otros solamente se acercaban a curiosear. Hablamos con familias con salarios que escasamente superan los 100 euros mensuales y con 7 o 9 bocas que alimentar. Muchas de ellas con un padre de familia que después de 12 horas de trabajo pedaleando para el transporte de una carga de unos 150kg, se gasta en alcohol casi todo lo que ha ganado. Cada una distinta, pero todas dentro del límite de la pobreza.

Finalizadas las entrevistas y después de merodear la zona, dimos con la escuela que mejor encajaba con la política que se defiende desde nuestro programa: la calidad educativa. Firmado el convenio de colaboración, acordamos una reunión con la escuela y las familias, para facilitarles toda la información tanto a la contraparte como a los padres.

Queda pendiente ese encuentro para la semana que viene. Han sido días tensos para los habitantes de las colonias. En Varanasi se respiraba el miedo, debido a un veredicto sobre un lugar sagrado que lleva medio siglo sin resolverse y derivando a pugnas entre musulmanes e hindúes . En los suburbios de Sigra, dónde sus familias son musulmanas y con un gran índice de analfabetización, el conflicto agudizó su fuerza ocasionando la marcha temporal de niños y mujeres hacia sus aldeas natales. Regresarán en unos días. Hasta entonces, queda pospuesta la reunión.


Primera reunión de madres
Hacía días que esperábamos el momento, que pensábamos en cada detalle para que cada una de ellas disfrutara del encuentro... y por fin, llegó esa fecha. Fueron llegando, puntuales, con sus mejores vestidos, algunas acompañadas de sus hijos, también arreglados y bien peinados. Primero sonrieron con timidez, escondiéndose bajo gestos de incertidumbre y sentándose con la actitud de quien quiere causar una buena impresión. A medida que el local iba llenándose de asistentes y de miradas de complicidad, se rompió el silencio.

María dio la bienvenida con un breve discurso en hindi que despertó la sonrisa de las presentes. Prosiguió la charla la directora del colegio y la coordinadora, que durante tres horas captaron la atención de unas madres cada vez más conscientes de la importancia de esa reunión. Después de exponer temas de vital importancia para la salud y el progreso escolar de sus hijos, el local se convirtió en un espacio abierto al diálogo, dónde se manifestó tanto la satisfacción como el incremento de confianza por parte de las madres. El agradecimiento se respiraba en sus gestos y en sus ojos. Y se compartió con una agradable cena protagonizada por su deleite y nuestra complacencia.
Después de ese momento, cargado de complicidad , solamente esperamos repetirlo. A partir de ahora, de manera regular.


Arrancan las visitas médicas
Resulta entre entrañable y aterrador ver a una niña de 3 años, con apariencia de 1 añito y medio, con una barriga tan hinchada que no le permite verse ni los pies. Mamta nos tenía preocupados... Siempre con esa mirada perdida, esa actitud adulta, esos sollozos de auxilio que se le clavan a uno en el alma.

Caminamos durante casi media hora, con las madres cargando a sus espaldas el peso de los más pequeños... hasta llegar a uno de los dispensarios de la ciudad de los que dispone Semilla bajo el convenio con una ONG francesa. Los niños fueron examinados por un doctor que detectó, en su mayoría, casos de parásitos y algunas infecciones, para las que se recetaron medicinas que están resultando bien efectivas.
Es indescriptible ver ahora a esa niña reír, avanzar con pasos torpes para jugar, chapurrear palabras en inglés tratando de imitar a sus hermanos mayores cuando estudian la lección o comerse un buen plato de arroz mientras dialoga consigo misma. Aún así, su recuperación completa se dará a largo plazo. Y a su evolución ayudarán las revisiones médicas que desde este mes van a llevarse a cabo en Semilla para el Cambio.

Para una mayor comodidad de las familias y evitar el largo desplazamiento, que únicamente puede darse caminando, Semilla para el Cambio acordó con el Dr. Yogesh Tripathi realizar las visitas en el local de la organización una vez al mes, más cercano a las viviendas de las familias. De esta manera, habrá un control exhaustivo sobre cada niño y se empezará también con el tratamiento de vacunas.



Han sido dos semanas intensas, de mucho trabajo, pero muy compensatorias. El calor húmedo que se respira en la ciudad ha sido un añadido, pero no un obstáculo.

Para finalizar el primer post, quería compartir con vosotros una buena noticia. Tenemos nuevos padrinos! Informaremos pronto de los niños afortunados, algunos de ellos ya impacientes para empezar a estudiar. Me quedé con la ilusión de un niño de los suburbios de Sigra preguntándonos dónde estaba su mochila, manifestando su ansia por empezar la escuela. Ya falta poco.

domingo, 12 de septiembre de 2010

El monzón toca a su fin

Hola de nuevo a todos,

Gracias en primer lugar por la gran acogida que ha tenido el blog. Me parece una manera útil de comunicar la labor que realizamos desde Benarés y estar más cercanos a nuestros seguidores, colaboradores y socios.

El 1 de septiembre se celebró en toda India el festival de Janmasthami. Es el día en que se conmemora el nacimiento del Dios Krishna, muy al estilo de la Navidad cristiana. Todos aquellos hindúes que son devotos de Krishna decoran sus casas con esmero en un 'belén' en toda regla, donde se puede identificar Krishna naciendo al pie de una montaña y otras escenas que se desarrollan a lo largo de la vida de este Dios. Por ej., a Khrisna le gustaba mucho la mantequilla hasta el punto de que la robaba. También era un mujeriego y flirteaba con muchas mujeres, aunque finalmente se enamoró de su pareja Rhada. A menudo se le representa como un adulto moreno que toca la flauta mientras pasea con Radha en una escena bucólica por el bosque.



En Learning Point, la escuela con la que colaboramos, como en muchos otros centros educativos, se celebraron actos conmemorativos con bailes y concursos de disfraces de Krishna o Radha. Incluimos aquí un baile en el que varios de los niños de nuestro programa toman parte (Rahul, Rohit, Akash, Arvind, Sajid, Aditya, Sapna):




Durante la primera semana de septiembre, la coordinadora Soma y yo visitamos suburbios de recogedores de plástico y papel para comenzar a seleccionar a nuevos niños que serán escolarizados en nuestro programa.
Las condiciones de los suburbios de Bazar Diya y Sigra muestran la patente falta de concienciación no sólo en el tema educativo, sino también sanitario, higiénico, nutricional etc. Muchos de los niños colaboran en el sustento diario de sus familias (en los casos más necesitados incluso desde edades tan tempranas como los 3 o 5 años!).







El día 9 de este mes, la voluntaria Vanessa Escuer se ha unido a nuestro programa en Benarés. Permanecerá con nosotros cuatro meses; ella será la responsable de llevar a cabo toda la labor de comunicación a nivel local.

Vanessa ha sido seleccionada por el programa Acción Directa de TVE2 para dar voz a la labor que desarrollamos en Benarés. Para aquellos que no lo conocéis todavía, Acción Directa se emite en TVE2 los lunes a las 23:30 (clicad aquí para mayor información). Este es un programa con un formato y un objetivo muy particulares: difundir el trabajo de cooperantes y voluntarios españoles sobre el terreno y en primera persona, grabándose ellos mismos. Os informaremos en su debido momento de las fechas de emisión de los programas en los que tomaremos parte. Esperamos que a través de este canal podamos dar gran difusión a nuestro trabajo y sensibilizar sobre la situación de familias en entornos de extrema pobreza. Por ejemplo, rodaremos las entrevistas a las familias en sus hogares para la selección de nuevos participantes, las revisiones sanitarias, reuniones mensuales con las madres y el programa educativo y sanitario que ya está teniendo lugar.



Por último, quería dar las gracias a Carmen Ballesteros y Javier Diez, unos voluntarios espontáneos que mientras viajaban por India, colaboraron con nosotros un par de semanas. Carmen apoyó a Soma, la coordinadora y profesora, en la puesta en marcha de las actividades de plástica y el proyecto alimenticio. Javier, multifacético y de gran talento, nos pintó unos preciosos murales que dan vida al local. Aquí os los presento a ambos delante de uno de dichos murales, en compañía de los niños que viene diariamente a almorzar:



Carmen y Javier: un abrazo desde Varanasi y que vuestro viaje por la India sea muy fructífero!

jueves, 2 de septiembre de 2010

Festivales veraniegos...

Hola a todos,
Bienvenidos a nuestro primer post en el blog, que de ahora en adelante actualizaremos con regularidad.

Agosto es el último mes del monzón en Benarés. El calor y la humedad son sofocantes... hace unos días tuvimos unas lluvias muy fuertes y el nivel del Ganges ha subido bastante. Ved la riada que corre por la calle donde tenemos nuestro local!



Estas últimas dos semanas han sido muy activas en nuestro trabajo, y tanto Soma, la coordinadora, como Summit el cocinero, han colaborado en poner en marcha las nuevas actividades de nuestro programa.


El domingo 15 de agosto se celebró en la India el día de la Independencia, en conmemoración del 15 de agosto de 1947. Con este motivo, muchas escuelas organizaron actos públicos de celebración. Learning Point, la escuela con la que colaboramos, hizo lo mismo. Los niños cantaron al son de himnos y canciones con espíritu nacionalista mientras ondeaban las banderillas con orgullo.
También tuvieron lugar varias representaciones-bailes tipo Bolliwood. En uno de ellos fueron protagonistas varios de los niños de nuestro programa educativo.


Por la noche, el quinto cumpleaños de uno de nuestros niños, Akash. Su madre organizó una pequeña celebración en la que varios niños amigos y vecinos se reunieron para comer dulces...



Esta semana hemos comenzado con nuestro programa de alimentación para los más necesitados. Después de la escuela y las clases de música, los niños vienen a nuestro local, donde reciben un desayuno ligero. Asimismo reciben clases de plástica durante dos horas(Soma la coordinadora es también su profesora). Luego reciben un almuerzo antes de volverse a casa.
Por la tarde, los niños vuelven a la escuela para recibir clases de apoyo.

Nuestro programa integral no sólo proporciona a los niños una formación académica, sino que también incide en la adquisición de valores y hábitos de higiene. Los más necesitados también reciben ropa para que puedan tener buena presencia y a todos les enseñamos que deben venir limpios y ser disciplinados.







Como hemos recibido una subvención del Ayuntamiento de A Coruña para estos meses, hemos seleccionado ya a unos 25 niños más que comenzarán en clases por las tardes desde septiembre. Soma ha realizado un gran trabajo en la selección de nuevas familias. Para ello acudimos a sus hogares para determinar su nivel de necesidad y asegurarnos del interés de los padres.
Tras haber sido entrevistados por la escuela, hace unos día se tomó la decisión conjunta de qué niños podrán unirse al programa. En los próximos días seguiremos buscando en los suburbios, entre familias de intocables.










El 24 de agosto la escuela estuvo cerrada con motivo del festival de Raksha Bandhan, que celebra el amor entre hermanos y hermanas. Las hermanas piden a Dios que les de larga vida a sus hermanos y se regalan mutuamente.

En la próxima entrada os hablaremos del festival Janmasthami, sobre el nacimiento del dios Krishna, que se celebró el 1 de septiembre.
Como véis, la India es un país lleno de ocasiones por las que festejar!